En ocasiones, algunos / as niño / as suelen quejarse de que no les gusta el colegio; de que les resulta aburrido y no quieren estudiar…
Esto supone un problema bastante serio para su desarrollo y crecimiento personal, pues el estudio pone las bases de nuestro desarrollo social, personal y profesional. Por lo tanto, ante esta problemática, ayudarles a encontrar sentido a lo que hacen es trascendental, así como el hacerles ver la importancia de los aprendizajes que adquieren y de qué manera le pueden influir en sus vidas.
Para lo cual debemos trabajar sobre todo y ante todo, la motivación del niño/a a aprender, dedicándole un tiempo prudencial a trabajar con él / ella aquellos aspectos menos atrayentes del estudio y a motivarle a la adquisición de todo tipo de conocimientos;
¿CÓMO PODEMOS MOTIVARLES?
Debemos dedicar tiempo a hablar con el/la niño/a acerca de la importancia del aprendizaje como motor de nuestra vida. Hacerle entender cómo influirá todo lo que aprenda hoy en su mañana, es una labor imprescindible a la hora de trabajar la motivación.
Es importante prestar atención a todas aquellas dificultades que presenten a la hora de sacar adelante unas y otras materias. Hay veces en que algunos contenidos les resultan complicados y el hecho de no entenderlos contribuye a la desmotivación por la materia en cuestión. Si esto se repite en varias materias, la desmotivación se multiplicará, hasta tener un efecto devastador.Por lo tanto, si en alguna situación precisan de un apoyo extra, se les deberá proporcionar, siempre y cuando veamos que es necesario, pues ante todo se debe fomentar la autonomía del niño/a para hacer por sí solo/a sus tareas.
En esta línea es igualmente importante explicarles la importancia que tienen todas y cada una de las asignaturas que estudian, animándoles a buscar información complementaria sobre ellas. Sería interesante también, emplear para esto las nuevas tecnologías, pues hoy en día existen juegos interactivos en internet ,que permiten a los /as niños/as adquirir y afianzar conocimientos de una manera dinámica y entretenida.
Imprescindible es igualmente, reforzar todos aquellos logros que obtenga, más aún los que hayan supuesto un esfuerzo extra o un mayor nivel de dificultad. Además, se les debe animar a preguntar todas aquellas dudas que vayan surgiéndoles, eliminando la idea errónea que muchos /as niños /as suelen tener de que preguntar es malo o vergonzoso.
Aprovechar las situaciones cotidianas para extrapolar los contenidos de las materias a la práctica diaria, es algo que también puede influenciar muy positivamente el aprendizaje de los contenidos, al igual que mantener con el/la niño/a conversaciones sobre sus intereses, propiciando momentos en los que éstos y el aprendizaje de las materias confluyan y se complementen.
Propiciarles un entorno adecuado para estudiar, donde tengan suficiente luz y un mobiliario cómodo que les ayude a disfrutar de sus tareas. Además, sería muy útil enseñarles cómo utilizar determinadas herramientas que les pueden ayudar, como por ejemplo, programas concretos del ordenador y por supuesto internet.
Es importante asimismo, que se muestre interés por las actividades que dentro del contexto educativo, el / la niño/a quiera llevar a cabo, además siempre y cuando sea posible, se deberá participar en ellas.
Asisitir a las reuniones y tutorías que a lo largo del año se organicen, es de vital importancia, ya que además de conocer el progreso del niño / a, le motivará a mejorar.
Se les debe ayudar a organizar su tiempo, para lo cual, es imprescindible el enseñarles a elaborar listas de tareas, ordenadas según la prioridad de las mismas.
Todas estas pautas resultan imprescindibles a la hora de motivar a l@s niñ@s a estudiar. Cada niñ@ es un mundo, y no existen niñ@s mejores estudiantes que otros pues la mayoría de las veces la diferencia está en la motivación, es más, se ha demostrado que niños/as con altas capacidades pero poco motivados terminaban siendo víctimas de fracaso escolar. Con lo cual, la motivación tiene una importancia crucial; ya se sabe “ si crees en ti mismo, no habrá nada que esté fuera de tus posibilidades” (Wayne W. Dyer).
Fondo
sábado, 14 de diciembre de 2013
miércoles, 11 de diciembre de 2013
domingo, 8 de diciembre de 2013
Desayunar bien mejora el rendimiento académico
Los niños que desayunan tienen mayor rendimiento académico y son más rápidos y hábiles a la hora de resolver problemas, según investigadores de la Universidad de California (EE UU). Es más, diversos estudios científicos demuestran que un buen desayuno mejora las calificaciones de los niños en exámenes.
Según los expertos, un factor a tener en cuenta es que los niños que desayunan generalmente comen más nutrientes básicos que los que no lo hacen. Los principales factores que reducen el desempeño escolar de los niños es que se salten alguna de las tres comidas principales (desayuno, comida y cena), que coman poco hierro y que estén expuestos al plomo. En concreto, varios estudios revelan que cuando los escolares no tienen suficiente hierro en la sangre les cuesta mucho prestar atención y concentrarse, se vuelven irritables, tienen dificultades de percepción, bajan sus calificaciones en pruebas de inteligencia (especialmente en vocabulario) y su rendimiento general se ve afectado.
Según los expertos, un factor a tener en cuenta es que los niños que desayunan generalmente comen más nutrientes básicos que los que no lo hacen. Los principales factores que reducen el desempeño escolar de los niños es que se salten alguna de las tres comidas principales (desayuno, comida y cena), que coman poco hierro y que estén expuestos al plomo. En concreto, varios estudios revelan que cuando los escolares no tienen suficiente hierro en la sangre les cuesta mucho prestar atención y concentrarse, se vuelven irritables, tienen dificultades de percepción, bajan sus calificaciones en pruebas de inteligencia (especialmente en vocabulario) y su rendimiento general se ve afectado.
miércoles, 4 de diciembre de 2013
lunes, 2 de diciembre de 2013
¿Qué significa estar bien educado?
¿Cómo nos afecta a nuestro desarrollo posterior el estilo que nuestra familia de origen haya tenido a la hora de educarnos?
Cada vez más se tienen a afirmar la idea de que "la educación se trae de casa"... lo cual efectivamente puede resultar cierto. En cambio, no deberíamos quedarnos en la superficie, es decir, en los comportamientos externos que solemos observar en un ambiente determinado, sin considerar que pueden ser muy diferentes a los manifestados en otros contextos.
En realidad tendemos a manejar una idea bastante sesgada e irreal (e ilógica) de cómo es "un@ niñ@ perfect@": saluda cuando llega, callar cuando estamos hablando las personas adultas, siempre pide las cosas "por favor" y fundamentalmente, obedece.
Nos centramos con demasiada frecuencia en "cómo debería ser", en lugar de "cómo ES", respetando sus propios estilos y potenciando sus propias virtudes.
ELECCIÓN DEL ESTILO EDUCATIVO
No existe una guía eficaz y eficiente de cómo ser padres y madres que sirva por igual a todas las familias, pero sí hemos de tomar consciencia de la importancia de considerar varios aspectos a la hora de educar, por ejemplo:
1 - Preocuparnos por una educación en el pensamiento crítico (entrando en contraposición por tanto con la idea de "niñ@ obediente").
2 - El estilo educativo es una cuestión de elección, no una imposición, es decir, no tenemos por qué optar por un estilo simplemente porque de una u otra forma sentimos que se impone de manera externa.
3 - Educación en la gestión emocional (identificación de emociones, observando diversos grados de expresión, promover nuestra propia gestión emocional para ofrecer un correcto ejemplo, etc.)
EDUCAR BASÁNDONOS EN LOS "3 AUTOS": AUTOCONCEPTO, AUTOCONFIANZA y AUTOESTIMA
Para facilitar desde la familia el desarrollo personal óptimo, la preocupación por los comportamientos adecuados o inadecuados tiene que dejar paso a la educación de "dejar ser al SER"... las conductas adecuadas con toda probabilidad serán una consecuencia de llevar a cabo una educación basada en el respeto.
AUTOCONCEPTO: aprender a conocerse a sí mism@s puede considerarse la gran asignatura pendiente en nuestra cultura. Suele resultar complicado no dejarse arrastrar por la opinión del grupo, de tal forma que con demasiada frecuencia, tiende a absorber al individuo.
Se trataría de potenciar el desarrollo de la inteligencia intrapersonal, por tanto.
AUTOCONFIANZA: confiar en las propias posibilidades. Se trataría de aprender a establecer para un@ mism@ metas razonables y alcanzables, tendiendo al nivel más elevado que sabemos que podríamos alcanzar.
Lógicamente, es necesario poseer un grado óptimo de autoconcepto, para no pretender metas excesivamente elevadas o irreales o excesivamente bajas (con la consecuente frustración en ambos casos).
AUTOESTIMA: difícilmente podremos llegar a conocer la estima hacia sí mism@ o hacia las demás personas si no basamos la educación en la noción de respeto, entendido como el principio universal por el que debieran regirse el resto de valores humanos.
Solo sabremos respetar a los demás cuando hayamos aprendido a respetarnos a nosotr@s mism@s.
Cada vez más se tienen a afirmar la idea de que "la educación se trae de casa"... lo cual efectivamente puede resultar cierto. En cambio, no deberíamos quedarnos en la superficie, es decir, en los comportamientos externos que solemos observar en un ambiente determinado, sin considerar que pueden ser muy diferentes a los manifestados en otros contextos.
En realidad tendemos a manejar una idea bastante sesgada e irreal (e ilógica) de cómo es "un@ niñ@ perfect@": saluda cuando llega, callar cuando estamos hablando las personas adultas, siempre pide las cosas "por favor" y fundamentalmente, obedece.
Nos centramos con demasiada frecuencia en "cómo debería ser", en lugar de "cómo ES", respetando sus propios estilos y potenciando sus propias virtudes.
ELECCIÓN DEL ESTILO EDUCATIVO
No existe una guía eficaz y eficiente de cómo ser padres y madres que sirva por igual a todas las familias, pero sí hemos de tomar consciencia de la importancia de considerar varios aspectos a la hora de educar, por ejemplo:
1 - Preocuparnos por una educación en el pensamiento crítico (entrando en contraposición por tanto con la idea de "niñ@ obediente").
2 - El estilo educativo es una cuestión de elección, no una imposición, es decir, no tenemos por qué optar por un estilo simplemente porque de una u otra forma sentimos que se impone de manera externa.
3 - Educación en la gestión emocional (identificación de emociones, observando diversos grados de expresión, promover nuestra propia gestión emocional para ofrecer un correcto ejemplo, etc.)
EDUCAR BASÁNDONOS EN LOS "3 AUTOS": AUTOCONCEPTO, AUTOCONFIANZA y AUTOESTIMA
Para facilitar desde la familia el desarrollo personal óptimo, la preocupación por los comportamientos adecuados o inadecuados tiene que dejar paso a la educación de "dejar ser al SER"... las conductas adecuadas con toda probabilidad serán una consecuencia de llevar a cabo una educación basada en el respeto.
AUTOCONCEPTO: aprender a conocerse a sí mism@s puede considerarse la gran asignatura pendiente en nuestra cultura. Suele resultar complicado no dejarse arrastrar por la opinión del grupo, de tal forma que con demasiada frecuencia, tiende a absorber al individuo.
Se trataría de potenciar el desarrollo de la inteligencia intrapersonal, por tanto.
AUTOCONFIANZA: confiar en las propias posibilidades. Se trataría de aprender a establecer para un@ mism@ metas razonables y alcanzables, tendiendo al nivel más elevado que sabemos que podríamos alcanzar.
Lógicamente, es necesario poseer un grado óptimo de autoconcepto, para no pretender metas excesivamente elevadas o irreales o excesivamente bajas (con la consecuente frustración en ambos casos).
AUTOESTIMA: difícilmente podremos llegar a conocer la estima hacia sí mism@ o hacia las demás personas si no basamos la educación en la noción de respeto, entendido como el principio universal por el que debieran regirse el resto de valores humanos.
Solo sabremos respetar a los demás cuando hayamos aprendido a respetarnos a nosotr@s mism@s.
¿Sabías que no hay ningún niño malo en la faz de la tierra?
Ningún bebé nace siendo "malo", ningún niño o niña de 1 año, de 3 años, de 5 años, etc. es malo ni mala.
Pero muchos padres, educadoras, abuelos, adultos en general les hacemos crecer sintiéndose malos porque les decimos sin pensarlo ¡eres malo! cuando han hecho algo que consideramos no adecuado.
Hacemos se crean y sientan malos
a) Un niño de 1 año golpea a otro en la guardería y la profesora le riñe mientras le dice ¡eres malo!
b) Una niña de tres años monta una pataleta en el supermercado porque su madre no acepta comprarle una piruleta. Su madre sofocada y furiosa le grita , ¡eres mala, pórtate bien!
c) Mi hijo de tres años, se empeña en no dar besos a sus abuelos paternos cuando vienen e a visitarlo, así que ellos le dicen eres malo porque no me quieres dar un beso.
Cuando sus abuelos se van, miro a mi hijo a los ojos y le digo "Tú no eres un niño malo. Jamás te creas que eres malo aunque te lo diga tu abuela, tu profesora, un amigo. Tu abuela se enfada porque no la besas, pero eso no significa que tú seas un niño malo".
Al niño que le están constantemente repitiendo que es malo, encauza su conducta a ser malo: más pegón, menos obediente, más contestó, con el agravante que este mensaje negativo daña mucho su autoestima y su alma.
No son malos, hacen cosas mal hechas
Los niños malos no existen, en todo caso, existen los niños que hacen cosas mal hechas o cosas que a nosotros no nos gustan:
a) Al niño que golpea se le puede reñir diciéndole Pegar está mal hecho. A los amigos se les dan caricias, si pegas haces daño. Este mensaje le ayuda a entender sin dañar su autoestima.
b) En el caso de la pataleta en el súper el mensaje constructivo sería Estoy disgustada contigo porque te has portado muy mal en súper. Portarse mal no significa ser mala.
c) El mensaje correcto de la abuela sería me molesta no me des un beso cuando vengo a verte. Pero si mi hijo no cumple sus deseos, no es un niño malo (tal vez cabezota en esos momentos, o un niño que quiere llamar la atención de su abuela).
Herramientas para crecer con seguridad
Los niños pequeños aprenden de nuestras respuestas. Muestra a tu hijo, nieto, alumno, sobrino, amigo aquello que hace mal, pero hazlo sin dañar su alma, sin etiquetarlo de malo, sin dañar su autoestima.
Los niños necesitan aprender qué es correcto y que no, necesitan que les muestres qué pueden hacer y qué no como herramientas que le sirva para crecer con seguridad y confianza en él mismo.
Pero muchos padres, educadoras, abuelos, adultos en general les hacemos crecer sintiéndose malos porque les decimos sin pensarlo ¡eres malo! cuando han hecho algo que consideramos no adecuado.
Hacemos se crean y sientan malos
a) Un niño de 1 año golpea a otro en la guardería y la profesora le riñe mientras le dice ¡eres malo!
b) Una niña de tres años monta una pataleta en el supermercado porque su madre no acepta comprarle una piruleta. Su madre sofocada y furiosa le grita , ¡eres mala, pórtate bien!
c) Mi hijo de tres años, se empeña en no dar besos a sus abuelos paternos cuando vienen e a visitarlo, así que ellos le dicen eres malo porque no me quieres dar un beso.
Cuando sus abuelos se van, miro a mi hijo a los ojos y le digo "Tú no eres un niño malo. Jamás te creas que eres malo aunque te lo diga tu abuela, tu profesora, un amigo. Tu abuela se enfada porque no la besas, pero eso no significa que tú seas un niño malo".
Al niño que le están constantemente repitiendo que es malo, encauza su conducta a ser malo: más pegón, menos obediente, más contestó, con el agravante que este mensaje negativo daña mucho su autoestima y su alma.
No son malos, hacen cosas mal hechas
Los niños malos no existen, en todo caso, existen los niños que hacen cosas mal hechas o cosas que a nosotros no nos gustan:
a) Al niño que golpea se le puede reñir diciéndole Pegar está mal hecho. A los amigos se les dan caricias, si pegas haces daño. Este mensaje le ayuda a entender sin dañar su autoestima.
b) En el caso de la pataleta en el súper el mensaje constructivo sería Estoy disgustada contigo porque te has portado muy mal en súper. Portarse mal no significa ser mala.
c) El mensaje correcto de la abuela sería me molesta no me des un beso cuando vengo a verte. Pero si mi hijo no cumple sus deseos, no es un niño malo (tal vez cabezota en esos momentos, o un niño que quiere llamar la atención de su abuela).
Herramientas para crecer con seguridad
Los niños pequeños aprenden de nuestras respuestas. Muestra a tu hijo, nieto, alumno, sobrino, amigo aquello que hace mal, pero hazlo sin dañar su alma, sin etiquetarlo de malo, sin dañar su autoestima.
Los niños necesitan aprender qué es correcto y que no, necesitan que les muestres qué pueden hacer y qué no como herramientas que le sirva para crecer con seguridad y confianza en él mismo.
¿Quieres que tus hijos lean y ya no sabes que hacer?
Sabes que leer es un hábito que puede enriquecer enormemente a tu hijo pero no tienes ni idea de cómo conseguir que deje de lado por un momento la videoconsola y se ponga frente a un libro. Para conseguirlo, aseguran los expertos, es necesario que la lectura sea una rutina que se cree desde los primeros años de vida, además hay que fomentarla como un juego o como una respuesta a las preguntas de nuestro entorno para que vean en los libros una posibilidad de diversión y conocimiento. Aprovechando que este viernes se celebra el día de las librerías, el experto en Animación a la lectura ybibliotecario de los Colegios Brains, Sergio Díez, te da a continuación seis claves para estimular el amor a la lectura de los más pequeños:
1. Déjale elegir el libro que más le guste. Uno de los errores más comunes a la hora de fomentar la lectura entre los niños es darle un libro seleccionado por los adultos. Aunque es cierto que los padres o los profesores deben supervisar la elección con el fin de que la lectura sea acertada según la edad y los conocimientos del niño, “siempre debe ser él el que elija el libro que quiere leer, la capacidad de decisión del niño nunca debe verse mermada”, explica Sergio Díez. La elección de un libro sin tener en cuenta los gustos del niño le lleva al desánimo y al aburrimiento, sin embargo “si fomentamos su autonomía como lector, él nos mostrará sus preferencias y disfrutará de la
elección”.
2. Busca un espacio creativo. Las bibliotecas son uno de los entornos más estimulantes para fomentar el hábito de lectura. “Son espacios con una gran variedad de propuestas que permiten al niño explorar todas las opciones, asombrarse por la variedad y elegir una lectura como un reto”, matiza el bibliotecario. Aunque debemos procurar que las normas de la sala se cumplan hay que animar a que el niño se acerque a la lectura de forma creativa y desordenada. “Si intentamos que el niño permanezca sentado en un sitio y le fijamos unos requisitos conseguiremos coartar su pasión por el descubrimiento y la conquista de nuevas historias”.
3. Fomenta su imaginación escribiendo sus historias. “No hay nada como inventar para apreciar el mundo imaginario”, decía Rodari en su Gramática de la fantasía. Dejar volar la imaginación de nuestros hijos y animarles a que plasmen las ideas en un papel “facilitará el aprendizaje de la gramática, la ortografía y a la vez estimulará su creatividad”. Además, para los padres poder asistir al nacimiento de sus ideas y fantasías será una experiencia gratificante y enriquecedora.
4. La lectura es un juego. “Sin disfrute no hay estímulo”, sentencia Sergio Díez. No debemos imponer la lectura como una obligación o como un requisito para “ser una mejor persona o más inteligente” sino como un juego con el que divertirse. Por otro lado, dejar de insistir en que lea también es un primer paso para que a él libremente le llegue la inquietud por la lectura.
5. Los niños copian a los adultos. Fomentar la lectura en compañía de los padres o de los amigos es una de las herramientas más eficaces para fomentar el amor a los libros desde pequeños. “Compartir con los padres una lectura, contarles cuentos adaptados a su edad o dejar que él mismo se invente una historia puede ayudar a desarrollar su imaginación y el interés por conocer nuevos mundos”, explica Sergio Díez. Si el niño ve leer, él leerá; si en su casa hay libros terminará por acudir a ellos para ver qué contienen.
6. Las pantallas interactivas, un mundo de posibilidades. No debemos demonizar el uso de las “nuevas tecnologías” por considerarlos sustitutos del papel. “Debemos ser conscientes de las posibilidades que ofrece” para hacer que nuestros hijos se diviertan de una forma interactiva con cuentos animados, música, participativos… “Si se hace un uso coherente y mesurado” puede ser un objeto compatible con el libro tradicional.
1. Déjale elegir el libro que más le guste. Uno de los errores más comunes a la hora de fomentar la lectura entre los niños es darle un libro seleccionado por los adultos. Aunque es cierto que los padres o los profesores deben supervisar la elección con el fin de que la lectura sea acertada según la edad y los conocimientos del niño, “siempre debe ser él el que elija el libro que quiere leer, la capacidad de decisión del niño nunca debe verse mermada”, explica Sergio Díez. La elección de un libro sin tener en cuenta los gustos del niño le lleva al desánimo y al aburrimiento, sin embargo “si fomentamos su autonomía como lector, él nos mostrará sus preferencias y disfrutará de la
elección”.
2. Busca un espacio creativo. Las bibliotecas son uno de los entornos más estimulantes para fomentar el hábito de lectura. “Son espacios con una gran variedad de propuestas que permiten al niño explorar todas las opciones, asombrarse por la variedad y elegir una lectura como un reto”, matiza el bibliotecario. Aunque debemos procurar que las normas de la sala se cumplan hay que animar a que el niño se acerque a la lectura de forma creativa y desordenada. “Si intentamos que el niño permanezca sentado en un sitio y le fijamos unos requisitos conseguiremos coartar su pasión por el descubrimiento y la conquista de nuevas historias”.
3. Fomenta su imaginación escribiendo sus historias. “No hay nada como inventar para apreciar el mundo imaginario”, decía Rodari en su Gramática de la fantasía. Dejar volar la imaginación de nuestros hijos y animarles a que plasmen las ideas en un papel “facilitará el aprendizaje de la gramática, la ortografía y a la vez estimulará su creatividad”. Además, para los padres poder asistir al nacimiento de sus ideas y fantasías será una experiencia gratificante y enriquecedora.
4. La lectura es un juego. “Sin disfrute no hay estímulo”, sentencia Sergio Díez. No debemos imponer la lectura como una obligación o como un requisito para “ser una mejor persona o más inteligente” sino como un juego con el que divertirse. Por otro lado, dejar de insistir en que lea también es un primer paso para que a él libremente le llegue la inquietud por la lectura.
5. Los niños copian a los adultos. Fomentar la lectura en compañía de los padres o de los amigos es una de las herramientas más eficaces para fomentar el amor a los libros desde pequeños. “Compartir con los padres una lectura, contarles cuentos adaptados a su edad o dejar que él mismo se invente una historia puede ayudar a desarrollar su imaginación y el interés por conocer nuevos mundos”, explica Sergio Díez. Si el niño ve leer, él leerá; si en su casa hay libros terminará por acudir a ellos para ver qué contienen.
6. Las pantallas interactivas, un mundo de posibilidades. No debemos demonizar el uso de las “nuevas tecnologías” por considerarlos sustitutos del papel. “Debemos ser conscientes de las posibilidades que ofrece” para hacer que nuestros hijos se diviertan de una forma interactiva con cuentos animados, música, participativos… “Si se hace un uso coherente y mesurado” puede ser un objeto compatible con el libro tradicional.
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